sábado, 3 de mayo de 2014

Wanaka y Queenstown

La parada en Wanaka, a 19.281 km de casa, que en principio sería simplemente técnica para dormir y salir lo más temprano posible, para visitar Queenstown y acabar en Te Anau, se convirtió en algo más ya que la belleza de este pequeño pueblo se reveló como algo digno de admirar, y para demostrarlo aquí tenéis una foto.


Una vez admirado el paisaje partimos hacia Queenstown, la ciudad de la aventura, como se la conoce aquí. La verdad que la primera impresión al llegar fue la de encontrarme en Andorra, por la forma de la ciudad, la arquitectura, los comercios… Para que lo entendáis esta ciudad está enclavada entre un lago y las montañas que albergan la mayoría de estaciones de esquí del país, por la calle multitud de locales que ofertan, además de los típicos servicios de alquiler de material para el ski y el snow, actividades como paracaidismo, puenting, ski acuático y un sin fin de actividades de las que soy fiel seguidor. Aunque me hubiese encantado, no hice nada ya que aún es pronto debido a mi accidente del año pasado en la espalda.


Por lo demás os diré que la ciudad no tiene mucho más, ni museos, ni jardines, ni nada digno de unos turistas como nosotros, así que partimos hacia Te Anau, la capital de la región más septentrional de la isla sur, la región conocida como Fiordland. Llegamos con las últimas luces del día y allí nos dimos cuenta por qué el nombre de la región, completamente rodeada de montañas de más de 2.000 metros con cumbres nevadas y con un lago de aguas cristalinas provenientes del deshielo. La ciudad bastante pequeña apenas tiene una calle puedes encontrar 3 tiendas, 2 restaurantes y un banco, no tiene nada qué ver. Aunque la instantánea nocturna de ese cielo es otra de las imágenes del viaje, otro cielo estrellado, no al nivel de Martinborough pero bastante espectacular como para cortar la respiración a un amante de la astronomía.

A la mañana siguiente nos esperaba todo un reto ir desde Te Anau a Milford Sound y desde allí a Dunedin, con lo que tocaba descansar lo máximo posible

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