Tras pasar una noche movida, debido a un gran temporal que azotó la caravana aquella noche, salimos dirección a unos de los glaciares más especiales del mundo. Antes de enseñaros fotos y datos de ese glaciar, os diré que realmente fue un gran temporal el que pasó esa noche, conforme recorríamos la carretera vimos muchos árboles centenarios tumbados o partidos, al principio pensamos que era por la mano humana, pero cuando vimos que esos árboles daban lugar a grandes extensiones de bosque dañadas, nos dimos cuenta que el viento y la lluvia habían causado estragos esa noche.
En cuanto al Franz Josef, os daré un par de datos, el primero que es el glaciar más bajo a nivel del mar del mundo, con apenas 300 metros sobre el mar se alza imponente en la montaña. El segundo dato también lo hace bastante especial y es que éste glaciar es el que se mueve más rápidamente del mundo llegando a 70 centímetros al día.
Cuando estás frente a él te hace sentir minúsculo, una gran mole de agua que tiene el poder de arrasar piedras y esculpirlas hasta dejarlas totalmente lisas, a la par que tiene el poder de matar, ya que hace 5 años debido a su gran velocidad de desplazamiento y al calor colapsó provocando la muerte a unos excursionistas.
También es espectacular el camino hasta llegar a la base del glaciar, ya que atraviesas cascadas y ríos de agua helada pero totalmente cristalina, sin miedo a equivocarme de lo que más me ha llamado la atención de lo que llevo de Nueva Zelanda.
Si después de visitar tal espectáculo natural te quedas con ganas, a unos 20 kms tienes a sur hermano, el glaciar Fox, que nosotros decidimos no visitar, ya que estábamos bastante satisfechos con la experiencia del Franz Josef y teníamos que hacer todavía unas cuantas horas en la carretera hasta el siguiente destino Wanaka.
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