Es algo que yo jamás había visto antes, aunque la verdad para poder verlo se tienen que dar una serie de características bastante especiales, por un lado estar en una zona con actividad volcánica, por otro lado, tener un suelo permeable que permita la filtración de agua, y por último, lo más importante, agua a raudales, porque está siempre humeando!
Hay un montón de ellos, y la verdad que el calor se deja notar en todo momento, el recorrido total por este especial paisaje dura sobre unos 40 minutos por el trayecto corto y una hora por el largo, merece mucho la pena pasear por ahí, sientes que estás en otro planeta!
Por si alguien lo está pensando, no se puede o no se debe saltar a ninguno de estos cráteres, saliéndote del camino y pisando fuera de los límites marcados la temperatura aumenta muy rápidamente, y notas el calor como un muro ante ti, por suerte es todo vapor de agua, porque como ya os he dicho, estos vapores se deben a evaporación de agua y no son los mismos gases que en Rotorua, aquí el olor a azufre o huevos podridos no lo encontrareis.
Próximo destino Martinborough, bajando al sur de la isla norte.
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