Después de pasar un par de días en Auckland, para que Julia se adaptase al cambio tan fuerte de horarios, empezamos la aventura. En cuanto te alejas un poco de la ciudad por la carretera, te das cuenta rápidamente de la belleza tan especial que tiene este país, creo que en la foto se aprecia bastante bien.
Nuestro primer destino era Whangamata, un pueblo costero que se caracteriza por tener una serie de playas cuanto menos curiosas, como Cathedral Cove o Hot Water, la primera una formación natural esculpida en la roca con una bóveda bastante espectacular que os recomiendo miréis en internet, y la segunda es una playa en la que cavando un agujero sale agua caliente, donde la gente se hace auténticas piscinas.
Al comenzar el camino nos empezó a llover sin cesar y decidimos cambiar el destino ya que pasar un día de playa mojado antes de meterse en el agua, no es el mejor día de vacaciones cuando uno lo piensa. Si habéis leído el anterior post donde hablaba del tiempo, deciros que ese día el tiempo no cambió y se dedicó a llover con una intensidad inusitada.
Al cambiar de destino también cambiamos de planes ya que teníamos otras múltiples alternativas optamos por ir a la ciudad de Rotorua, que nos permitiría acercarnos a la zona "caliente" de la Tierra Media, con Hobbiton y Moria a tiro de piedra. Además que nos daría la oportunidad de conocer otra ciudad distinta a Auckland.
De camino a Rotorua aparte de los paisajes se observa la otra característica de este país, el ganado. Como os dije en el anterior post la contaminación se debe al ganado y es que hay mucho más ganado que personas en estas islas tan remotas, y cuando viajas por la carretera solo ves ovejas o vacas, y que mejor que bajar del coche y saludar!
Aunque en la foto parezca soleado no os engañéis fueron menos de 40 segundos, luego lluvia intensa de nuevo. Una vez hecha la parada y las fotos continuamos.
Al llegar a Rotorua nos encontramos una sorpresa bastante "especial" un olor profundo por todas las calles a huevos podridos, al principio no dábamos crédito, qué sería? El alcantarillado saturado por la lluvia? Alguna fábrica cercana? Pues NO, nada de eso, resulta que en Rotorua se encuentran unos campos de actividad volcánica bastante activos, ahí estaba la explicación, los gases que ahí se generaban inundaban toda la ciudad y la verdad no era nada agradable.
No hay fotos de los campos volcánicos porque la lluvia lo imposibilitó, pero el recuerdo del olor lo tendré para el resto de mi vida. Aquella noche cenamos y al día siguiente partimos con la idea de sumergirnos en el universo de Tolkien, directos a Hobbiton!
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